sábado, 22 de febrero de 2014

Curiosidades


Emilio Carrere: La costumbre de llegar tarde al trabajo
Durante sus años de juventud y debido a un grave apuro económico familiar, el poeta y posteriormente cronista de la Villa de Madrid, Emilio Carrere entró a trabajar en el Tribunal de cuentas por recomendación de su padre (del que era hijo ilegítimo).
Carrere nunca destacó por su amor al trabajo administrativo, lo que lo llevó a ser impuntual a la hora de entrar a trabajar.
Cierto día fue llamado al despacho de su jefe inmediato que le dijo:
-Mire usted, Carrere, con esa manía de retrasarse, va a llegar un momento en el que se presentará usted todos los días al día siguiente

Campoamor: El envidiado Cánovas del Castillo
Ramón de Campoamor recibió en cierta ocasión una invitación para acudir a comer a casa de, el entonces presidente del Gobierno español, Antonio Cánovas del Castillo.
El poeta no podía asistir y para excusarse le envió una nota de disculpa al anfitrión que finalizaba de la siguiente manera:
«Recuerdos a don Antonio, a quienes unos envidian el talento, otros la casa y todos la mujer»

Los elogios mutuos entre Benavente y Valle-Inclán
Durante una de sus habituales tertulias literarias, Jacinto Benavente decía grandes elogios de Ramón María del Valle-Inclán, del que decía que era uno de los más valiosos escritores que tenía España.
-Pues don Ramón- le interrumpe uno de los contertulios –no opina lo mismo de usted
Benavente replicó inmediatamente con su característica agudeza verbal:
-A lo mejor estamos equivocados los dos.

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