jueves, 13 de noviembre de 2014

Novedades editoriales: La piel encendida, del poeta Juan Besada

Hace unos días se presentó en Santiago de Compostela, ciudad natal del autor, el libro de poemas La piel encendida (Editorial Cuadernos del Laberinto. Madrid 2014), en cuyos versos Juan Besada nos sitúa en la ensoñación, en el recorrido suave y ansiado del cuerpo de la mujer amada.



Es el tema del deseo un referente en el arte, explotado intensamente por la literatura erótica, por la transgresión que supone frente a normas no caducas pero sí escondidas. Es un lienzo blanco que no se desea manchar, que sólo se desea soñar, es el camino no el fin. Y justamente Juan Besada realiza este paseo iniciático por la piel, por la voluptuosidad del placer como si de un viaje se tratase.


...así que se detiene observa en torno
reparando en los múltiples detalles
del dibujo en tu mano de las hojas
que va meciendo el aire a cada instante
como un bello regalo de la luz
viajando por tu brazo ante sus ojos
y advierte los sonidos en el aire…

Una poesía llena de metáforas, bien medida en su ritmo y estructura y con la originalidad de estar dividido en poemas independientes que forman un todo y que permite al lector disfrutar de una parte o recorrer de la mano de Juan Besada la totalidad de un sentimiento a nadie ajeno. Como dice Elena Orive en el prólogo: “Sienta, lector, el grato cansancio del viajero que sabe que la próxima vez que emprenda el camino por el mismo cuerpo, ya conocido, será un nuevo descubrimiento.”



Reseña de la editorial: http://www.cuadernosdelaberinto.com/Poesia/Piel_encendida.html
Coleccción ANAQUEL DE POESÍA, nº 41
Prólogo: ELENA ORIVE
I.S.B.N: 978-84-942539-8-0 • 58 páginas • 10€


El deseo es el motor de casi todas las historias en Literatura, el motor de nuestras vidas, pero pocos poetas se atreven a plasmar esta esencia, a reflejarse en primera persona invadidos por el anhelo de la piel amada.

Juan Besada nos situa en el epicentro del deseo, en el ansia amorosa que culmina en la avidez de los amantes; y lo hace en una única composición poética que con un ritmo clave y usando versos retomados del anterior poema nos transforman en deseo que se ovilla, espera, mira a su alrededor, decide continuar su viaje particular en busca de la fuente y se desdevana para volver a ovillarse poco después y memorizar cada uno de los movimientos, olores y sonidos del cuerpo que recorre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario