lunes, 15 de agosto de 2022

"EFÍMERO INFINITO" de Diego Alonso Cánovas

Con el ingenioso oxímoron del título de su poemario, Efímero infinito, puede decirse que Diego Alonso Cánovas (Vera, 1949) ha atinado con una buena definición de literatura: es efímera mientras se lee, mientras se escribe, pero a la vez es infinita, porque desde que existe la oralidad, desde que existe la escritura, no ha dejado de ser. Quizá, por eso, en Efímero infinito nos sentimos tan a gusto entre sus versos, especialmente en aquellos que contienen ecos de otros poemas; y es que Diego Alonso Cánovas hace un guiño a los nombres más relevantes de la literatura grecorromana, a la renacentista, la barroca, la del siglo XX… Pero para guiñar siempre hay que tener el otro ojo abierto y este, el abierto, se fija en la poesía actual, pero en la del ritmo y el verso bien construido. Ejemplo de esto último son los estupendos «Cómo matar el tiempo» o este de «Hipermetropia»:

 

Y de tanto mirar a las estrellas,

de tanto contemplar el horizonte,

de tanto perseguir lejanos sueños,

hoy tengo un grave déficit de vista:

soy incapaz de ver la felicidad cuando,

a veces, se me cruza por delante.

 

Como se ha referido anteriormente, hay poemas que guardan dentro de sí referencias a otros muy conocidos, desde una nueva versión del carmen V de Catulo («Bésame sin descanso, dame mil / o dos mil […]. / Y sigue hasta que olvides el total»), una adaptación del Credo cristiano a la moderna veneración a los centros comerciales («Creo en los Centros Comerciales, / creadores de hedonistas ilusiones»), el famoso madrigal de Gutierre de Cetina («Y los ojos, los ojos de siempre: / ojos claros, serenos, / ojos como luceros en la noche»), una variante útil del conocido soneto repentino de Lope de Vega convertido en una lista de la compra de dos cuartetos y dos tercetos:

 

Pide, como quien no quiere la cosa:

un kilo de ternera, bien pesado,

cuarto y mitad de harina de pescado,

dos botellas de vino, gaseosa, […]

Camino de la tienda, en plan discreto,

y para no olvidar la mercancía,

recito de memoria este soneto.

 

Una de las más atinadas referencias, por inesperada, se encuentra en el soneto «De lo que vio el poeta accidentalmente cuando miraba desde su ventana al bloque de enfrente», un poema de tono humorístico que concluye con un saludo a Cervantes: «dejome con un palmo y no hubo nada», en referencia al final del soneto «Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla» del autor del Quijote. Sirva este poema para comentar que el humor es uno de los elementos fundamentales de este libro, sin poder dejar atrás, junto a los ya citados, aquel poema en el que Orfeo se niega a ir al inframundo a por Eurídice por haberle pedido esta al mejor lírico de la mitología que le interpretase Los Pajaritos.

En otras ocasiones, Diego Alonso Cánovas recurre a las citas para situarnos, para prepararnos con el encuentro de otros versos, que reelabora y hace suyos. De esta manera, el autor nos trae, «cuarenta años después», a Bécquer y a la mujer de pupilas azules a la que preguntó qué es poesía:

 

¿Qué fue de aquel poeta –se pregunta–,

¿brotarían de nuevo de sus labios,

si me viera agostada por el tiempo,

los mismos versos mágicos?

 

Efímero infinito es el obsequio de un poeta para quienes amamos la literatura, es un poemario animado que te invita no solamente a la lectura, sino también a la relectura, acrecentada esta con la resonancia de autores que forman parte de la historia de la poesía española y con los versos originales del buen hacer poético de Diego Alonso Cánovas, que desea encontrar según sus palabras:

 

Ese canto mágico.

Esa ecuación pendiente,

en la que siempre pienso.

 

El autor es doctor y Licenciado en Psicología, Licenciado en Matemáticas y Diplomado en Magisterio. Ha sido maestro nacional, profesor en el Departamento de Análisis Matemático de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, catedrático de Matemáticas y director del IES Nicolás Salmerón de Almería, profesor titular de Psicología en la Universidad de Almería, profesor tutor de Psicología en el Centro Asociado de la UNED en Almería. Es miembro de instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, el Instituto de Estudios Almerienses y la Unión Nacional de Escritores de España (miembro de honor). También pertenece al colectivo Poetas del Sur Almería. Es autor de los poemarios: Desde Ángulos Distintos (Arráez Editores, 2015), Poemas de andar por clase (IEA, 2018), este último con el poeta Diego Reche, libro galardonado por el Gremio de Libreros de Almería con el Premio Argaria 2018, y Resistir en verso, Décimas para una pandemia (Ayuntamiento de Vera, 2020), conjuntamente con Diego Ramírez y Diego Reche. También ha coordinado, con Paco Checa, la antología Con humor propio. Antología de poesía actual (Dokusou, 2019). Ha sido galardonado por el Ayuntamiento de Vera con la Pluma de Oro 2019, por su obra poética. En 2021 ha publicado en Cuadernos del Laberinto el poemario Efímero infinito.

 

Reseña realizada por Manuel Guerrero Cabrera



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