Vitale, con 95 años, es una mujer de coraje casi legendario que, por su larga vida, se ha convertido en un testigo de otra época de América Latina y de su literatura. Pasó por el exilio (en
México y en Francia) y por la militancia radical de la literatura
americana, y esa memoria política ha empapado parte de su obra. Trató
con los gigantes del siglo XX, con Bergamín, Onetti, Juan Ramón y Paz,
especialmente, y construyó una poesía muy esencial y decantada pero
también vitalista y social.
Cada uno en su noche (1960) y Mella y criba son dos puertas de entrada para la obra de Vitale, en la primera madurez y
en la senectud de una carrera que empezó en 1947. No hay un viaje entre
los dos puntos; al contrario, la imagen es la de una carrera de una
pieza en la que el conocimiento de la poesía en español es una de las
fortalezas. De hecho, la obra crítica de Vitale es otro de los pilares
de su prestigio.
En esta edición, el jurado ha estado presidido por la escritora y académica de la RAE, Carme Riera,
y ha contado con la presencia, entre otros, del ganador del año pasado,
el escritor Sergio Ramírez, así como de Eduardo Mendoza, ganador en
2016.
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