El cuento ha sido el ganador en los Premios Nacionales de la Crítica Literaria 2015. La maestra de este género, Cristina Fernández Cubas ha sido distinguida con el de Narrativa, por el volumen de relatos La habitación de Nona (Tusquets). En Poesía, el galardón ha recaído en la poeta cordobesa Ángeles Mora por Ficciones para una autobiografía
(Bartleby). Estos autores han sido distinguidos por la Asociación
Española de Críticos Literarios, en un anuncio hecho ayer en Santa Cruz
de la Palma.
Fernández Cubas (Barcelona, 1945) volvió con el libro ganador a la
ficción después de ocho años de silencio tras la muerte de su marido. La habitación de Nona
es un recorrido por la cotidianidad e intimidades de la infancia y la
edad adulta, por la soledad y los solitarios, por los laberintos de la
familia con su carga de emociones y sentimientos pendulares; pero todas
esas historias llevan el aire perturbador o inquietante que la narradora
suele imprimir a sus escritos.
Sin dotación económica, y creado en 1956, el Premio Nacional de la
Crítica es uno de los más prestigiosos que se concede a los mejores
libros de narrativa y poesía publicados en España el año anterior, tanto
en castellano como en gallego, euskera y catalán. En catalán lo han
ganado Martí Domínguez por la novela La sega (Proa) y Gemma Gorga por Mur (Meteora); en gallego Manuel Rivas por O último día de Terranova, y para la poeta María do Cebreiro por O deserto; en euskera Ramon Saizarbitora con la novela Lili eta biok y Juan Kruz Igerabide con Los poemas de Lainoa Janez.
En esta edición el jurado lo han formado Ángel Basanta, como
presidente, y como vocales Fernando Valls, Araceli Iravedra, José Luis
Martín Nogales, José Enrique Martín, Jorge de Arco, Luis Bagué, José
Belmonte, Francisco Díaz de Castro, Juan José Lanz, Nicolás Melini, Xelo
Candel Olivia Rodríguez y Ravier Rojo.
Familia y soledad
“Estoy doblemente contenta porque es un premio que se ha dado al
cuento como género. A parte de cuentista soy gran lectora de relatos y
admiradora del género que siempre se guarda un punto de misterio. Que el
premio de la crítica se haya dado a un libro de cuentos me proporciona
una alegría enorme”, ha dicho Fernández Cubas, a quien la noticia la
sorprendió al salir de la piscina del gimnasio.
La habitación de Nona significa mucho en la trayectoria
personal y creativa de la autora barcelonesa. “Con esos relatos he
retomado mi mundo narrativo, he sido más osada y me he metido en algunos
berenjenales”, confiesa la autora, quien añade que “con sus temáticas
me he quitado un peso de encima. Me siento renacida”.
Entre los autores que siempre han acompañado a la escritora figuran Edgar Allan Poe, Juan Rulfo, con su Pedro Páramo, y Emilia Pardo Bazán, con relatos como La resucitada. Entre los nuevos amigos y descubrimientos cuentísticos figura la alemana Marie Luise Kaschnitz con su libro La niña gorda y otros relatos inquietantes.
El tema de la familia está presente en la obra ganadora. “Creo que
las relaciones interpersonales se dan primero allí. Es un microcosmos
que tenemos a mano los escritores. No hay nada más intenso que una
familia donde se dan relaciones sadomaso”. La soledad y los solitarios
es otra característica de La habitación de Nona. La razón,
explica la autora, es que “si recordamos nuestra adolescencia es cuando
realmente la soledad se enseñorea de nuestros actos. Esta soledad me
parece muy intensa. Y esas intensidades me parecen muy apropiadas para
el género del cuento donde se da la intensidad contra la extensión”.
Para Fernández Cubas no todo está dicho aún en el cuento como género:
“Se habla de si es un mecanismo de relojería, de estructura circular...
La verdad es que cada día se descubre, o se comprueba que es un género
abierto dentro de su misterio, un género abierto a nuevos caminos”. Y la
narradora concluye su reflexión reconociendo que “escribir cuentos es
siempre una aventura”.
El poemario de Ángeles Mora (Córdoba, 1952) es el séptimo y ahonda en
su línea temática de la cotidianidad, del mirar atrás. Solo que en esta
ocasión “ha sido muy especial porque a partir de ciertas imágenes del
pasado y del presente he tratado de buscar fogonazos de verdad”, explica
la poeta. “Para mí la poesía es una manera de pensar, de aclarar los
misterios de mi vida, de la vida”. En uno de sus versos dice:
“El ayer que me hizo
no sé dónde está.
El que me deshizo, sí".
Fuente: El País
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