Texto del poema inédito "La vida"
No te quejes de que los hombres sufran./ No te quejes, al despertar,
de que todos los hombres sufran,/ de que el dolor del mundo esté en la
tierra, en las palmas de las manos/ mientras las plumas suaves vuelan
libres, lejanas./ No te quejes, amorosa existencia, del dolor de vivir,/
de saber que en lo oscuro una cadena no duerme/ de presentir cuánto
cuesta no confundir/ un beso y un coágulo./ Tú, generosa presencia de un
sol que existe,/ que repasa cuidadoso los desnudos gastados, tú, única
verdad que no cuesta sangre, que no cuesta apoyar su cabeza en la
tierra./ Tú, agua que canta difícilmente con las cascadas,/ espuma o
collar para los muertos que flotan, para los hombres que descansan de
una/ vida posible/ como son posibles las llamas o las manos crueles./
Tú, diminuto grano, semilla generosa, cerrazón/ de un destino,/ única
verdad que los hombres no ocultan;/ tú, vocación de un pájaro, de un
verdugo inocente/ que a su vez va a morir en las plumas de un lecho/ Tú,
monte, tú mar,/ tú, encendida o derramada,/ tú, naturaleza donde los
vestidos sin cuerpos/ quedan abandonados junto a un mar sin/ orillas./
¡Oh muerte, muerte!/ Paloma o temblorosa doncella, virgen/ verdadera;/
tú, ciega que aquí en los brazos tiemblas,/ tú, que al beso que retorna
de un mundo vil o/ extinto sabes tender tus plumas como brazos./ ¡Tú,
luz o sombra, esperanza o venganza;/ tú, mar que bajo un cantil nos
contempla:/ tú, fiel oído que escucha unas palabras/ con que al abyecto
mundo lo maldigo!
Fuente: El Mundo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario